En un mundo en donde los intangibles tienen tanto o mayor valor que los bienes materiales, resolvimos tener una CASA / ESTUDIO propia, confortable y acogedora, que también contribuya como una suerte de  “oasis” para los clientes que buscan solucionar sus conflictos o armar estructuras.

Al cabo de un año en esta experiencia, recogemos los frutos, que son apreciados por quienes nos visitan, en una adecuada sinergia en donde – no podía ser de otra manera – privilegiamos la atención personalizada, llamada artesanal y el buen consejo.

¿Importa a lo eminentemente jurídico disponer de su espacio confortable?

El conocimiento, la dedicación y la perseverancia, en nuestro profesión y en cualquier otra no tienen sustituto, sin embargo disponer de instalaciones adecuadas para el estudio, la atención del cliente y el trabajo cotidiano, sí colaboran eficazmente.

La casa es luminosa y amena y dispone de ámbitos en donde los aspectos formales están muy exigidos y otros en donde el trato con el cliente se desarrolla en un ámbito cuasi de entrecasa, como es la atención en el “comedor diario” lindero a la cocina, que permite invitar al cliente / huésped a tomar su café o quizás a disfrutar una buena comida.

La terraza de la primera planta, soleado y ventilado, es el sitio ideal para consultas con quienes no quieren estar en ámbitos cerrados y prefieren lugares abiertos, sobre todo en estos tiempos en donde es agradable estar al aire libre.

Los más de 400 mt. cuadrados también nos permiten la incorporación de otros profesionales del área jurídica, notarial y contable, política en la que estamos inmersos, a los efectos de brindar una serie de servicios que abarque la integralidad de los requerimientos de nuestros clientes.

La familia exhibe la 3ra. generación de abogados y no tenemos dudas de que con 14 nietos (a la fecha) se habrán de generar inclinaciones suficientes para cubrir la 4ta. generación, pero todos siguiendo el ideal, la visión y los valores que inspiraron a los fundadores, los Doctores Luis Mario Rassol y Graciano Pedro Araujo.